Entre las muchas variedades de guppys, el guppy cola de fuego destaca por su impresionante cola de color rojo intenso, que asemeja una llama viviente.
Características del guppy cola de fuego
El guppy cola de fuego es conocido por su vibrante cola roja, que puede variar en tonalidad desde un rojo anaranjado hasta un rojo rubí profundo. Esta característica es el resultado de una cuidadosa cría selectiva. Además de su cola llamativa, estos guppys pueden presentar otros colores en su cuerpo, como azules, verdes y negros, que realzan aún más su belleza.
Los guppys cola de fuego son peces pequeños, alcanzando entre 4 y 6 cm de longitud en la edad adulta. Los machos suelen ser más coloridos y de menor tamaño que las hembras, las cuales tienden a tener cuerpos más robustos y menos llamativos.
Hábitat y Condiciones del Acuario
Para mantener a los guppys cola de fuego saludables y felices, es esencial replicar su hábitat natural lo más posible. Originarios de aguas dulces tropicales en América del Sur, prefieren acuarios con las siguientes condiciones:
Temperatura del agua: Entre 24 y 28 grados Celsius.
pH del agua: Entre 6.8 y 7.8, con una ligera preferencia por aguas neutras a ligeramente alcalinas.
Dureza del agua: Moderada, entre 8 y 12 dGH.
Filtración: Es fundamental una buena filtración para mantener el agua limpia y libre de contaminantes. Un filtro de esponja es ideal para acuarios con guppys.
Vegetación: Plantas vivas como el musgo de Java, el helecho de Java y la Anubias proporcionan refugio y mejoran la calidad del agua.
Alimentación
Los guppys cola de fuego son omnívoros y aceptan una amplia variedad de alimentos. Una dieta equilibrada debe incluir:
Comida en escamas: Especialmente formulada para guppys, rica en proteínas y nutrientes esenciales.
Alimentos vivos o congelados: Como larvas de mosquito, dafnias y artemia, que ayudan a resaltar sus colores.
Vegetales: Espinacas blanqueadas y guisantes, que aportan fibra y nutrientes.
Reproducción
La reproducción de los guppys cola de fuego es relativamente sencilla, ya que son peces vivíparos. Las hembras pueden dar a luz alevines cada 28-30 días, y una sola camada puede contener entre 20 y 40 crías. Es recomendable separar a los alevines en un acuario de cría para protegerlos de los adultos, quienes podrían comérselos.